“Cuando un amigo se va queda un espacio vacío”

Reza la letra de la popular canción del desaparecido cantautor Alberto Cortez .Así nos sentimos muchos y muchas hoy tras la desaparición física de Don Alfredo Pérez Rubalcaba.

No lo conocíamos mas allá de su prolongado paso por  la política. Pero las casi diez mil personas , de diferentes ideologías políticas, que quisieron despedirlo en Congreso de los Diputados de Madrid nos habla de un sentimiento, el que solo logran despertar los políticos que se transforman en estadistas.Los que son capaces de anteponer los interés de una nación a los propios. De vida simple, austera con tres grandes amores, su esposa la Sra. Pilar Goya, el Partido Socialista y el club de futbol Real Madrid.

Fue capaz se saber ganar y perder, y cuando ocurrió esto ultimo también reconoció la necesidad de dar un paso al costado y también irse.Se dieron cita en su velatorio, políticos de todos los colores; presentes con respeto y emoción hacia esa figura que nos gustaría que hubiese sido el perfil del elegido para formar parte parte del congreso de cualquier país bien nacido.

António Costa, primer ministro de Portugal y uno de los grandes iconos de la socialdemocracia europea , que se desplazo para rendir tributo decía para el diario El País: “En portugués tenemos una palabra para expresar el sentimiento cuando alguien nos deja: saudade [añoranza]. Lo que siento por Alfredo es mucha saudade, una gran gratitud y mi admiración. Ha servido a España pero sobre todo a los valores de la libertad y solidaridad”.

Silvia Pisani,periodista corresponsal del diario La Nación en España escribió sobre Pérez Rubalcaba: “Un adiós lleno de congoja. Eso experimentaron la sociedad y la política española ante la sorpresiva muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba, a sus 67 años. Un dirigente clave del socialismo español y figura de la historia reciente española. Orador brillante, muy inteligente y mordaz, puede decirse de él que lo fue todo en el socialismo y en los gobiernos de ese signo. Fue ministro del expresidente Felipe González y vicepresidente de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero se lo recuerda especialmente por haber sido un batallador contra la banda terrorista ETA, cuya violencia asoló a España durante décadas, y uno de los artífices de su disolución. La muerte lo encontró muy joven. Nadie lo esperaba. Llovieron los mensajes de pésame. Desde la Casa Real, con el rey Felipe VI a la cabeza, para abajo, todo fueron expresiones de condolencia. Un sentimiento que no supo de ideologías. Su rostro era familiar para muchos españoles. Por eso la sorpresa fue tan grande y por eso muchos se agolparon en la puerta del Congreso para despedirlo. Hubo aplausos y llantos. El gobierno español decretó un día de luto oficial por la muerte de Pérez Rubalcaba.”

Crédito, diario El País