Kepler descubre el primer planeta similar a la Tierra en la “zona habitable” de otra estrella

Por medio del Telescopio Espacial Kepler, de la NASA, astrónomos descubrieron el primer planeta de tamaño similar a la Tierra que orbita en la “zona habitable” de otra estrella.

 El planeta, llamado “Kepler-186f”, orbita una enana M, o enana roja, que es una clase de estrella que conforma el 70 por ciento de las estrellas de la galaxia Vía Láctea. El descubrimiento de Kepler-186f confirma que existen planetas de tamaño similar a la Tierra en la zona habitable de estrellas distintas de nuestro Sol.

La “zona habitable” se define como el rango de distancia que hay de una estrella como para que un planeta en órbita pueda albergar agua líquida sobre la superficie. A pesar de que ya se han encontrado planetas en la zona habitable, los hallazgos previos son al menos un 40 por ciento más grandes que la Tierra y entender su composición constituye todo un desafío. Kepler-186f se parece más a la Tierra.

Kepler-186f orbita su estrella enana madre M una vez cada 130 días y recibe un tercio de la energía que obtiene la Tierra del Sol, lo cual lo coloca más cerca del borde externo de la zona habitable. Sobre la superficie de Kepler-186f, el brillo de su estrella al mediodía es apenas como el brillo que apreciamos de nuestro Sol aproximadamente una hora antes de la puesta del Sol.

“Las enanas M son las estrellas más numerosas”, dijo Elisa Quintana, quien es una científica investigadora del Instituto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence, en idioma inglés, o Búsqueda de Vida Extraterrestre, en idioma español), del Centro de Investigaciones Ames (Ames Research Center, en idioma inglés), de la NASA, en Moffett Field, California. Quintana es también la autora principal del trabajo publicado hoy en la revista científica Science (Ciencia, en idioma español). “Los primeros signos de la existencia de otra vida en la galaxia bien pueden venir de planetas que orbiten una enana M”.

Sin embargo, “que esté en la zona habitable no significa que sepamos que este planeta es habitable”, advierte Thomas Barclay, quien es un científico investigador y coautor del trabajo en el Instituto de Investigaciones Ambientales del Área de la Bahía (Bay Area Environmental Research Institute, en idioma inglés), en el centro Ames. “La temperatura en el planeta depende mucho de la clase de atmósfera que tiene el planeta. Se puede pensar que Kepler-186f es como un primo de la Tierra, más que un gemelo de la Tierra. Tiene muchas propiedades que se asemejan a las de la Tierra”.

Kepler-186f está ubicado en el sistema Kepler-186, a alrededor de 500 años luz de la Tierra, en la constelación del Cisne (Cygnus). El sistema también alberga a otros cuatro planetas: Kepler-186b, Kepler-186c, Kepler-186d y Kepler-186e, los cuales giran alrededor de su sol cada 4, 7, 13 y 22 días, respectivamente. Esto hace que sean demasiado calientes como para albergar vida tal como la conocemos. Estos cuatro planetas interiores, todos, miden menos que 1,5 veces el tamaño de la Tierra.

A pesar de que se conoce el tamaño de Kepler-186f, no se sabe cuál es su masa ni su composición. No obstante, las investigaciones previas sugieren que un planeta del tamaño de Kepler-186f probablemente sea rocoso.

“El descubrimiento de Kepler-186f es un paso significativo para hallar mundos como nuestro planeta Tierra”, señaló Paul Hertz, quien es el director de la División de Astrofísica de la NASA, ubicada en las oficinas centrales de la entidad, en Washington.

Los próximos pasos en la búsqueda de vida extraterrestre incluyen la búsqueda de verdaderos gemelos de la Tierra (planetas del tamaño de la Tierra que orbiten dentro de la zona habitable de una estrella similar al Sol) y la medición de sus composiciones químicas. El Telescopio Espacial Kepler (Kepler Space Telescope, en idioma inglés), que midió simultánea y constantemente el brillo de más de 150.000 estrellas, es la primera misión de la NASA capaz de detectar planetas de tamaño similar al de la Tierra ubicados alrededor de estrellas como nuestro Sol.

Respecto del futuro, Hertz dijo: “Las futuras misiones de la NASA, el Satélite de Exploración de Exoplanetas en Tránsito (Transiting Exoplanet Survey Satellite, en idioma inglés) y el Telescopio Espacial James Webb (James Webb Space Telescope, en idioma inglés), descubrirán los planetas rocosos más cercanos y determinarán su composición y sus condiciones atmosféricas, continuando de esta manera con la meta de la humanidad de encontrar mundos que verdaderamente se asemejen a la Tierra”.

Créditos y Contactos:

 

Fuente: https://ciencia.nasa.gov/ciencias-especiales/17apr_firstearth – 17 de abril de 2014 –