¿Ser afortunado y ser feliz son la misma cosa?

En muchos casos, claro que sí, coinciden.

Sentimos que tenemos suerte cuando suceden las cosas que deseamos que sucedan, y esta agradable sensación (estar alegre, estar contento) son componentes indispensables en la felicidad. Sin embargo, también podemos ser felices y al mismo tiempo estar tristes.

Una persona feliz, verá en un momento malo una oportunidad para relativizar y aprender a valorar otras cosas que vamos considerando como “normales” sin pararnos a pensar que pueden suponer una suerte infinita o una felicidad absoluta.

A veces nos esforzamos tanto en perseguir la felicidad, que no nos damos cuenta de que ya somos felices. Como concepto, este es uno de los más relativos, ya que cada uno depende de una cosa.

Algunos la asocian a la estabilidad o a la seguridad, otros a la riqueza, otros a todo ello, y otros tantos piensan que se fundamente en tener buena suerte para lograr todas estas cosas juntas.