La vacunación es fundamental para proteger a las personas contra la gripe en la U.E.

Se calcula que, en la Unión Europea, la vacunación contra la gripe estacional evita por sí sola hasta 37.000 muertes cada año.

Se recomienda encarecidamente la vacunación contra la gripe a los grupos de riesgo.

Entre ellos se encuentran:

  • las personas de edad avanzada,
  • las mujeres embarazadas y los niños,
  • y los adultos cuyos sistemas inmunitarios están debilitados o que padecen enfermedades crónicas, que son más propensos a desarrollar una forma grave de la enfermedad.

Hoy día, más de 100 millones de niños se vacunan anualmente contra enfermedades como la difteria, el tétanos, la tos ferina, la tuberculosis, la poliomielitis, el sarampión y la hepatitis B.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la vacunación previene 2-3 millones de muertes al año en todo el mundo y reduce los costes del tratamiento de enfermedades específicas, incluidos los tratamientos antimicrobianos (prescritos para las infecciones víricas).

A pesar de su brillante historial, y debido a unos índices de cobertura de vacunación insuficientes, varios países de la UE y su vecindad se enfrentan actualmente a brotes sin precedentes de enfermedades prevenibles mediante vacunación.

La pérdida de confianza de los ciudadanos, las diferencias geográficas en cuanto a accesibilidad y el aumento de la desinformación sobre vacunación es preocupante y supone un importante reto para los expertos en salud pública.

Entre los objetivos compartidos por la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE, se encuentra:

  1. garantizar el acceso equitativo a las vacunas para todos los ciudadanos de la UE,
  2. luchar contra la desinformación
  3. y aumentar la confianza en las vacunas.

 En la Unión Europea existen normas muy estrictas para la autorización de toda vacuna que se comercialice

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) lleva a cabo la evaluación y supervisión de las vacunas, una vez que han sido diseñadas.

Solo después de someterlas a pruebas muy exhaustivas, la Comisión Europea puede expedir una autorización de comercialización.

Una vez en el mercado, la EMA sigue evaluando la seguridad de las vacunas y lleva a cabo un seguimiento posterior a la autorización.

Todas estas medidas buscan garantizar la máxima seguridad, teniendo en cuenta que la principal preocupación es la salud y el bienestar de la población.