Reflexiones de una médica de familia: Homeopatía

La sola búsqueda de información acerca de la homeopatía nos sorprende por su diversidad: pseudociencia, rama de la medicina, placebo. Es considerada un sistema de medicina alternativa creado en 1796 por S.Hahnemann según el cual las enfermedades se tratan con diluciones sucesivas de principios activos.

Pero esta teoría fue creada antes del desarrollo de la microbiología, los primeros antibióticos, las cirugías con anestesia y la evaluación sistemática de los medicamentos.

No se considera una terapéutica verosímil, ya que sus principios han sido refutados por trabajos científicos y algunos ensayos clínicos que producen resultados positivos, han sido desacreditados por revisiones sistemáticas. Tanto la OMS como grandes evaluaciones por organismos internacionales han concluido que es ineficaz.

La homeopatía no forma parte de los estudios médicos oficiales y los medicamentos indicados no han probado ser eficaces más allá del efecto placebo.

El éxito de la consulta homeopática se basa en la búsqueda de la totalidad de los síntomas tanto fiscos como mentales y espirituales antes de prescribir un medicamento. La composición de los mismos suele ser inocua, sin embargo a veces se incorporan fármacos de la medicina tradicional o existe el riesgo de contaminación con tóxicos.

Uno de los beneficios que aducen los defensores de la homeopatía es el bajo costo de los tratamientos, si bien las consultas son caras en función de lo minuciosas y prolongadas que son. Sin embargo en Europa existen grandes laboratorios de medicamentos homeopáticos. Un negocio que factura millones aunque menos que la industria farmacéutica tradicional. En otros países la prescripción es por recetas magistrales. Otra opción que dista de ser económica.

El fracaso de los tratamientos médicos o aquellas enfermedades crónicas donde los tratamientos tradicionales tienen una eficacia limitada es lo que acerca al paciente al homeópata. El efecto placebo es fundamental. La confianza en el profesional y el tratamiento instituido generan producción de dopamina y en consecuencia sensación de placer. La sensación de mejoría es real en el cerebro de estos pacientes.

La medicina ha sufrido un proceso de deshumanización. Es razonable pensar que si mejorásemos la relación del médico paciente podríamos mejorar la confianza que nos tienen más allá de la evidencia científica. La conocida arte médica. Conectando mejor con el paciente podríamos acordar el tratamiento  más eficiente y seguro que podría incluir una terapia alternativa si así lo decidiese el paciente en su autonomía.

Autor:

Doctora, Emilse Carreras, médica de familia.