La técnica japonesa del Kintsugi es el Arte de la Reparación
Significa que, desde su filosofía, cuando algo sufrió un daño y viene con su carga de historia, se convierte en más valioso, hay belleza en esa grieta, y bien vale mostrar estas señales.
La técnica milenaria japonesa nos enseña que hay belleza detrás de la imperfección y de las heridas propias de la naturaleza humana. Incluso hay estudiosos que llaman a esta técnica como “el arte de aceptar los daños”.
Vivimos inmersos en una sociedad que privilegia el afán de lo lindo y agradable, lo superficial y lo que se muestra. En esa perspectiva de escasa profundidad, el sentido de la vida parece algo vacío y desprovisto de significado.
Hay un momento en que puedes sentirte que se ha destrozado tu vida y tu existencia por el motivo que sea. Sería como observar cómo se rompe un plato de cerámica y queda, literalmente, hecho trizas.
Es justo ahí que necesitas recordar que eres más grande que ese instante, y que, si las sabes buscar, puedes extraer lecciones valiosas para reconstruirte.
Como herramienta, la resiliencia es la capacidad de reconstruirte desde una perspectiva optimista/realista, en la que no niegas lo que pasa, y, con esa información, decides afrontarla con mayor entereza y confianza en que vas a superar este mal momento.
En el arte del Kintsugi no es tan importante la mezcla con que se pegan las partes rotas, sino el saber esperar el tiempo suficiente para que se suelden.