Sexo en la Unión Europea: diferencia por países

El sexo es un aspecto importante en el bienestar de las mujeres europeas, que hablan cada vez con más libertad sobre el tema

Por TERESA ROMANILLOS  5 de marzo de 2012

La actitud de las mujeres ante la sexualidad ha cambiado: de ser un tema tabú, se ha pasado a hablar de él con mayor liberación. La esfera sexual es importante para ellas, tal y como muestra un informe europeo sobre sexualidad.

Las mujeres portuguesas son quienes más relaciones sexuales tienen y quienes más satisfechas se sienten. Sus homólogas españolas, sin embargo, están en un rango intermedio. El documento también revela que la inapetencia sexual femenina es un mito, ya que casi la mitad de las encuestadas desearía tener relaciones varias veces a la semana.

No obstante, en la sexualidad femenina todavía hay lados oscuros: ejemplo, la existencia, o no, del famoso punto G.

Ellas también piensan en el sexo y lo consideran un aspecto importante para su vida. Esta afirmación se desprende del informe europeo sobre sexualidad «¿Qué quieren las mujeres?», realizado por la consultora internacional Strategy One, con la colaboración del laboratorio Pfizer. De las 2.500 mujeres mayores de 18 años encuestadas en cinco países (Alemania, Austria, Portugal, Suecia y España), el 75% consideró la importancia de tener una sexualidad satisfactoria.

Sexo: las mujeres portuguesas, más y mejor

Las mujeres portuguesas fueron quienes mayor valoración le otorgaron y quienes, a su vez, mostraron mayor satisfacción con su conducta sexual (88%), por delante de las españolas (75%). Las portuguesas también son quienes más relaciones tienen, en concreto, el 50% aseguró practicar sexo varias veces por semana, lejos de las suecas, que son quienes menos practican (la mitad que las portuguesas) y quienes, a su vez, se muestran más insatisfechas.

Las españolas se mantienen en rangos intermedios, de manera que el 68% mantienen relaciones una vez por semana y el 28%, varias veces por semana. La inapetencia sexual femenina también parece un mito ya enterrado, puesto que el 42% de las encuestadas manifestó su deseo de tener varias relaciones durante la semana.

De todas maneras, respecto a la sexualidad femenina, está en otro plano en muchos aspectos:

Las mujeres son más monógamas y tienen un menor número de compañeros sexuales a lo largo de su vida. Según datos de la Encuesta de Salud y Hábitos Sexuales, realizada en 2003 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cerca de la mitad de ellas habían tenido relaciones sexuales con una única persona en su vida y solo un 4% declaró haber tenido diez o más parejas sexuales.

En contrapartida, solo 1 de cada 4 hombres habían tenido una única pareja sexual, mientras que también en la misma proporción habían tenido diez o más parejas sexuales durante su vida.

Qué frena las relaciones sexuales

  • En cuanto a los factores que actúan como inhibidores del deseo sexual, desde el punto de vista físico, destaca en mayor medida la halitosis (29%),
  •  Seguida de la disfunción eréctil (16%) y la eyaculación precoz (12%).
  • Relacionado con el comportamiento de su pareja, 1 de cada 5 mujeres consideraron que el egocentrismo de los hombres era uno de los principales inhibidores del sexo (22%),
  • Seguido de la pereza (16%)
  • y la arrogancia (15%).

Placer sexual intenso del punto G

«Un tipo de orgasmo muy intenso, diferente del que surge al estimular el clítoris». Así sería el placer provocado por la estimulación del punto G, zona en la que se concentrarían muchas terminaciones nerviosas, la estimulación de las cuales provocaría un placer sexual intenso.

En 1950, el ginecólogo alemán Emst Gräfenberg descubrió una región en la pared anterior de la vagina, detrás del pubis, que describió como un área erógena muy definida.

Desde el principio, la comunidad científica y la sociedad se polarizaron al iniciar un debate que se encuentra lejos de estar resuelto 80 años después. La complejidad del debate reside en parte en la participación de expertos, como médicos, científicos y terapeutas sexuales, pero también en la influencia de los medios de comunicación y la industria pornográfica.

Para intentar buscar una respuesta definitiva, un grupo de científicos de la Universidad de Yale (EE.UU.) ha realizado una búsqueda bibliográfica, con la revisión de cerca de 100 estudios publicados a partir de 1950, donde se discuta sobre el orgasmo femenino y el famoso punto de Gräfenberg. Las conclusiones del análisis, publicadas en la revista «Journal of Sexual Medicine», desvelan que no hay evidencias objetivas y sólidas que garanticen la existencia de una zona anatómica que pueda responder a la descripción del punto G.

El punto G: Una incógnita

En los resultados de los diferentes estudios hay conclusiones contradictorias, ya que mientras algunos trabajos afirman haber encontrado más terminaciones nerviosas en la supuesta área del punto G, otros indican justo lo contrario.

¿Pero existe realmente el punto G? A pesar de que la evidencia parece inclinarse al «no», un estudio mostró que la mayoría de mujeres cree en el punto G, aunque muchas no saben encontrarlo.

Es probable que ello se deba a que no sea un punto concreto muy delimitado, sino una zona de mayor sensibilidad que podría corresponder a una prolongación del clítoris en el interior de la vagina, análogo a la base del pene en el hombre. O quizá, como apunta el autor de uno de los estudios, podría ser que hubiera muchos puntos G y que cada mujer tuviera el suyo propio.