El nuevo milagro económico de Portugal destroza las previsiones de los organismos internacionales

 

  • Bank of America ya reconoce que Portugal crecerá hasta un 6,5% este año
  • La Comisión Europea ha elevado la previsión de Portugal mientras rebaja el resto
  • El boom del turismo, la escasa relación con Rusia y la estabilidad son las claves


Vicente Nieves
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Mario Becedas 12:31 – 23/05/2022

Portugal lleva años disfrutando de estabilidad y políticas largoplacistas que están ayudando a nuestro vecino a convertirse en uno de los alumnos aventajados de Europa. Después de recibir los halagos del FMI (primer milagro) tras la recuperación de la crisis de deuda de 2012-2013, ahora Portugal vuelve a ser un ejemplo por su resistencia y capacidad de reponerse a grandes recesiones sin prisa, pero sin pausa.

La economía lusa recuperó los niveles de PIB previos a la pandemia del covid hace meses, mientras que, por ejemplo, Alemania no lo ha logrado todavía y España no lo hará hasta 2023. Además, un primer trimestre de 2022 brillante ha llevado a Portugal a ser el único país que ha recibido una mejora de sus previsiones económicas tras el estallido de la guerra de Ucrania, convirtiéndose en la economía que más crecerá de toda la Unión Europea en 2022.

La economía de Portugal está volviendo a sorprender para bien a analistas y organismos

 Tanto es así, que la Comisión Europea ha elevado en tres décimas su previsión de crecimiento para la economía lusa este año (+5,8%) a la vez que tenía que recortar el PIB del resto de países por el impacto de la guerra. El FMI, algo más cauto y menos optimista, también ha elevado las previsiones en medio punto en el último examen de la economía lusa realizado el 16 de mayo, hasta el 4,5%.

No obstante, el consenso de los expertos espera un crecimiento muy superior a esa previsión. Por ejemplo, los panelistas de FocusEconomics ven un avance del PIB del 4,6% en 2022, pero reconocen a elEconomista que habrá una revisión significativa al alza en la próxima publicación. Por otro lado, Bank of America (BofA) Global Reasearch contempla un crecimiento del 6,5% en 2022. Parece que la invasión en Ucrania que está poniendo a Europa contra las cuerdas no logrará aplacar la recuperación de la economía portuguesa.

En este caso (respecto a la guerra) ha jugado a favor el factor suerte, puesto que «Portugal es uno de los países que tienen menos vínculos comerciales directos con Rusia y Ucrania dentro de la Unión Europea. Dicho lo cual, hay que recordar que el país sí está sujeto a riesgos indirectos en forma de precios de las materias primas, ruptura de las cadenas de suministros globales y debilitamiento de la demanda global», comenta Massimo Bassetti, Economista Senior del Área Euro en FocusEconomics, en declaraciones a elEconomista.

Fuerte crecimiento en 2022

Pero antes de la guerra Portugal ya venía destacando. En el primer trimestre del año, la economía portuguesa creció un 2,6% respecto al trimestre anterior, situando el PIB un 1,2% por encima de lo registrado en el último cuarto de 2019, la última referencia trimestral previa a la pandemia. En términos interanuales, la economía portuguesa creció un 11,9%, claramente por encima del 5,9% del trimestre anterior.

Esto gran salto se debió, tal y como explicaba Teresa Gil Pinheiro, economista de CaixaBank Research «a una contribución positiva más elevada de la demanda interna, especialmente a través del consumo privado, y de la demanda externa, que refleja un crecimiento más fuerte de las exportaciones de bienes y servicios que de las importaciones. La recuperación del turismo fue un factor importante en el impulso de las exportaciones».

Desde el departamento de estudios de CaixaBank hacen hincapié en que los primeros indicadores relativos al segundo trimestre no dan señales de enfriamiento. «El indicador diario de actividad avanzó un 10,3% en abril y los indicadores de sentimiento han mejorado ligeramente frente a marzo. En lo que respecta a la oferta, el indicador de clima económico recuperó un décima en abril frente a marzo, gracias a las mejoras del sentimiento en la industria, los servicios y el comercio, que compensaron con creces el empeoramiento del sentimiento en el sector de la construcción, con un menor optimismo por la disminución de la cartera de pedidos. En la industria, destaca la mejora de la confianza hasta los -1,5 puntos frente a los -4 puntos en marzo», desgrana Gil Pinheiro.

La economista también destaca que el paro registrado en las oficinas de empleo cayó en marzo hasta niveles inferiores a los de antes de la pandemia, hasta un total de 326.251 personas. Esto representa 7.500 parados menos que en marzo de 2019 y una reducción del 5,2% respecto a febrero de este año (–18.000 parados). «Esta caída se explica en gran medida por cuatro sectores de actividad: alojamiento y restauración, actividades inmobiliarias, administrativas y servicios de apoyo, comercio y construcción. Si lo comparamos con los niveles previos a la pandemia, la construcción y el comercio registran ya niveles inferiores, un comportamiento que concuerda con la escasez de mano de obra en estos sectores», explica. Esto no es óbice para que en sus previsiones contemplen una ralentización en el crecimiento del empleo por las menores intenciones de contratación dado el empeoramiento de los costes energéticos y de las materias primas.

La Comisión Europea reconocía la semana pasada que «con la ayuda de los planes de apoyo del gobierno y la recuperación económica, la tasa de desempleo cayó al 6,6% en 2021.” La tasa de paro mejoró aún más y cayó hasta el 5,6% en febrero de 2022, alcanzando un mínimo de 20 años. Además, la tasa de empleo alcanzó un máximo histórico a finales de 2021 y principios de 2022. También es justo decir que las horas de trabajo aún no se han recuperado, lo que no empeña la casi impecable recuperación del mercado laboral luso.

A qué se debe el éxito de Portugal

El mercado laboral es el reflejo de una economía que lleva años haciéndolo muy bien. En realidad, el milagro comenzó a gestarse en los años posteriores a la crisis de deuda soberana. El Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho puso en marcha una devaluación interna (contención de salarios y beneficios distribuidos) muy dolorosa en el corto plazo, pero que permitió a la economía ganar competitividad y crecer sin generar desequilibrios.

En un documento elaborado por la Comisión Europea en 2021 se concluía que las reformas estructurales llevadas tras la crisis de deuda soberana consiguieron a un fortalecimiento significativo de la economía portuguesa. No obstante, hay que recordar que las reformas ya comenzaron en parte antes de la crisis y el programa de ajuste (Centeno/Coelho 2018). En el marco del programa se implementaron reformas más integrales, principalmente relacionadas con las áreas de vivienda y el mercado de alquiler urbano, agilización de la justicia, cambios en empresas estatales, mayor flexibilidad del mercado laboral y una mejora del entorno empresarial.

Más tarde, el Gobierno de Antonio Costa consolidó estas medidas y anuncio varias medidas que estimularon la demanda interna como las subidas en las pensiones o del salario mínimo. Las reformas anteriores permitieron que la demanda interna ganase fuerza sin generar grandes desequilibrios en la economía. La balanza por cuenta corriente se ha mantenido relativamente equilibrada, mientras que las presiones inflacionistas no han aparecido hasta este 2022, provocadas por factores globales a los que es complicado encontrar una solución doméstica.

A lo anterior hay que sumarle una gestión de la crisis del covid relativamente mucho más eficiente que la de otros países (lo que permitió que el PIB y el empleo se resintiesen algo menos que en otros países del sur de Europa), como por ejemplo España, la atracción de capitales a través de una fiscalidad laxa para determinados perfiles (trabajadores cualificados y con elevadas remuneraciones, pensionistas extranjeros…), un mercado de la vivienda boyante y un boom del turismo de calidad que parece mantenerse muy vivo.

Gran creación de empresas

Un dato que revela el buen clima para los negocios es la creación de empresas. Según los últimos datos publicados por Eurostat, la creación de empresas en Portugal se disparó un 36% en el primer trimestre de 2022, liderando el ranking de toda Europa. La economía lusa suma ya cuatro trimestres de crecimientos interanuales consecutivos en el el registro de nuevas empresas, mientras que el número de quiebras lleva descendiendo seis trimestres seguidos.

No obstante, todos estos indicadores y datos de ensueño tienen también algunas notas que se pueden considerar negativas. El ‘milagro’ del empleo comentado en párrafos anteriores podría estar relacionado también con la salida masiva de portugueses en edad de trabajar hacia otros países europeos.

El mismo informe de la Comisión Europea que alababa las reformas del pasado también destaca que «es indiscutible que muchas personas jóvenes y relativamente cualificadas abandonaron Portugal durante las últimas crisis en busca de mejores oportunidades laborales. Al mismo tiempo, la inmigración podría haber estado compuesta relativamente en gran medida por pensionistas (atraídos durante años por una fiscalidad favorable para estos colectivos)». Esta combinación habría ayudado a reducir la tasa de paro en los últimos años. No obstante, esta tendencia parece estar revirtiéndose: «Aunque el tamaño absoluto de la fuerza laboral disminuyó durante y después de la crisis de 2011-2013, ésta comenzó a aumentar nuevamente en 2016 debido a una combinación de factores demográficos, mejores perspectivas laborales y migración neta».

Con todo y volviendo a la más pura actualidad (la segunda parte del milagro), la Comisión Europea destaca en su último informe que la inversión y las exportaciones de bienes se han recuperado y ya están por encima de los niveles previos a la pandemia.

Bassetti nos explica que «efectivamente, la economía portuguesa crecerá más que la española y además presentará unas mejores cuentas públicas. El fuerte rebote que la Comisión espera se materialice en Portugal es el resultado conjunto de un efecto base más favorable, de un mayor gasto interno, antes comprimido, y de una industria turística que vuelve a levantar la cabeza con mucha fuerza. Todo ello hará que el crecimiento de Portugal se ubique en las previsiones de la Comisión Europea, bastante por encima del crecimiento de España, con las repercusiones que esto va a tener sobre la recaudación y el más rápido saneamiento de las arcas públicas».

Estabilidad fiscal absoluta

Todo lo anterior tiene su repercusión en las cuentas públicas. Todo está relacionado. Un crecimiento fuerte y equilibrado se nota en el mercado laboral. A su vez, los datos de empleo y crecimiento redundan en una recaudación que permite mantener a raya el déficit. Mientras que en España el déficit público seguirá por un tiempo cerca o incluso por encima del 5%, la situación en Portugal es muy distinta.

Portugal cerró 2021 con un déficit del 2,8% del Producto Interior Bruto (PIB), por debajo de las previsiones iniciales y tres puntos menos que el 5,8% registrado el año anterior, y confía en terminar este ejercicio en el 1,9% . Por otro lado, la deuda bruta de las Administraciones Públicas ha disminuido hasta el 127,4% del PIB en 2021, más de diez puntos frente al pico del 139% alcanzado en el primer trimestre de 2021.

Con estos datos y pese al todavía elevadísimo ratio de deuda púbica, la agencia de rating Fitch ha mejorado la perspectiva de la deuda lusa a positivo. «Portugal ha mostrado un desempeño fiscal superior. Las consecuencias fiscales de la pandemia han sido menos severas que en la mayoría de sus pares europeos, y aunque el índice de deuda es alto, se encuentra en un camino descendente firme».

Los economistas de Fitch recalcan el buen tono de la economía: «Una recuperación económica más fuerte de lo esperado y un grado de moderación del gasto en la respuesta del gobierno a la pandemia han llevado a mejores resultados fiscales en relación con el promedio de la Eurozona». Estos expertos destacan que Portugal ha reducido de forma notable su deuda en un año, mientras que los países de la zona euro solo la han reducido de media en 1,6 puntos.

Por otro lado, «la estabilidad política respalda la disminución de la deuda. La mayoría absoluta del Partido Socialista en el Parlamento tras las elecciones anticipadas de enero, crea un contexto más estable para la formulación de políticas y coloca al gobierno del Primer Ministro Antonio Costa en una posición sólida para implementar su agenda fiscal y económica, que tiene como objetivo una reducción de la deuda pública», destacan desde Fitch.

El último Programa de Estabilidad del gobierno (2022-2026) tiene como objetivo que la deuda de Portugal vuelva a caer por debajo de los niveles previos a la pandemia (116,6% en 2019) ya en 2023. Esto es ampliamente consistente con las propias proyecciones de Fitch, que pronostica que la deuda caerá por debajo de su índice previo a la pandemia en 2024 (al 111,6% del PIB). En el caso de España se prevé que la deuda siga ascendiendo y alcance el 140% en algún momento de las próximas décadas.

 

Fuente: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11779947/05/22/El-nuevo-milagro-economico-de-Portugal-destroza-las-previsiones-de-los-organismos-internacionales.html