La melancolía es parecida a la tristeza y suele estar unida a un recuerdo

Está asociada a algunas manifestaciones físicas como agotamiento, cansancio y otras cognitivas, como dificultad para concentrarnos en el presente

DGDH-Facultad de Psicología    Mar 28, 2022

¡Cómo se define la melancolía? Ésta puede ser definida como la imposibilidad de experimentar estados emocionales, de modo tal que, quien la padece, no puede más que permanecer en una actitud de “ausencia emocional” en la que ningún estado afectivo puede tener cabida.

Es una emoción parecida a la tristeza que normalmente va unida a un recuerdo. Se caracteriza por desgana, apatía, falta de energía, añoranza por el pasado. Está asociada a algunas manifestaciones físicas como agotamiento, cansancio, y otras cognitivas, como dificultad para concentrarnos en el presente.

El Diccionario de la Real Academia, en su primera acepción, la define como “Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que quien la padece no encuentre gusto ni diversión en nada”.

Perfil psicológico

Las personas que se encuentran en estado melancólico suelen mostrar una ausencia casi total de la capacidad de experimentar otras condiciones emocionales; además, también suele presentarse en el individuo una suerte de retardo psicomotor, aunado esto a la imposibilidad de vincularse con su propio padecimiento, deviniendo en una retrospección dolorosa.

En los estados de ánimo relacionados con la tristeza, esta última no se limita a un único objeto, sino que permea todos los aspectos de la experiencia. Es decir, cuando nos sentimos tristes, es altamente probable que dicha emoción no corresponda únicamente a un ámbito de nuestra vida, sino que puede incidir en otros espacios de la experiencia que tenemos de la realidad, lo cual termina por arrebatarnos la posibilidad de vincularnos con los otros y de relacionarnos significativamente con el entorno que nos rodea.

Por su parte, y a diferencia de los estados de ánimo vinculados con la tristeza, tales como la depresión, en la melancolía se manifiesta la imposibilidad de experimentar afecto alguno: sea tristeza, alegría, enojo o cualquier otro. En ese sentido, el melancólico experimenta una suerte de “insensibilidad emocional”.

Descripción fisiológica

El estado de ánimo melancólico suele ir a la par de otras situaciones, tales como el retardo psicomotor o la inhibición de funciones motoras y hasta actividades cognitivas. Estas perturbaciones son vividas por el melancólico como sensaciones dolorosas, de pesadez, como una opresión en el pecho, estrechez, inhibición o disminución de la motricidad, acompañadas de una sensación de que todo se detiene, a pesar de los eventos reales de la vida.

Cómo se identifica y se manifiesta

La persona con melancolía puede manifestarla a través de una profunda tristeza, así como angustia, desánimo, poca intención de relacionarse con su entorno, deseo de aislarse y unas constantes ganas de llorar. Hay personas que describen la manifestación de la melancolía como una sensación de vacío en el pecho, como una imposibilidad de encontrar consuelo; no sienten ganas de levantarse de la cama, experimentan falta de energía y aburrimiento. Cada persona puede presentar la melancolía de manera distinta, pero éstas son las características más frecuentes.

La imposibilidad de recuperar el pasado a través de su continua evocación es una de las manifestaciones más comunes que tiene la melancolía. Es decir, cuando experimentamos la sensación que nos lleva a la evocación de recuerdos vividos muy felices o tristes, aunados a la imposibilidad de volver a vivirlos, es a lo que se le denomina melancolía.

¿Qué la causa?

La melancolía puede surgir cuando no es posible aceptar lo sucedido y se hace imposible admitir la ausencia. Esta situación da inicio a un escenario en el que la persona interpreta el suceso como un asunto personal, de no aceptación del presente a costa de aferrarse al pasado, de añoranza. Cuando se manifiesta de manera constante, puede afectar gravemente el equilibrio emocional.

Utilidad

Al igual que como ocurre con otras emociones, la melancolía, en tanto que mantiene un marcado vínculo con la tristeza, tiene una función adaptativa. Lo anterior en el sentido de que, gracias a este estado afectivo, nos es posible hacerles frente a diversas situaciones en nuestro ambiente, tales como una pérdida, una decepción o la experiencia de un acontecimiento que pueda propiciar un estado de ánimo triste.

La melancolía puede fungir en estos casos como un fuerte anclaje de neutralidad emocional que, a su vez, pueda propiciar la reflexión y la introspección respecto a la situación que está suscitando el estado de ánimo depresivo.

Sin embargo, la melancolía no necesariamente tiene que surgir en contextos en donde la emoción predominante sea de carácter depresivo, sino que puede tener ocasión a propósito de otros estados afectivos, como la felicidad, que pueden conllevar algunos recuerdos del pasado, por ejemplo.

A final de cuentas, la melancolía nos prepara, de una u otra forma, para confrontar las demandas que en un momento específico pueda estar manifestando nuestro ambiente. Puede llevarnos a buscar esos estados emocionales y afectivos que nos hicieron sentir bien en alguna ocasión y que añoramos tenerlos.

Referentes culturales

Serie La melancolía de Haruhi Suzumiya (anime): La historia sigue al personaje del título, Haruhi Suzumiya, una estudiante de preparatoria que inconscientemente puede cambiar la realidad y sus extrañas travesuras con su club de la escuela, la Brigada SOS, que ella fundó para investigar sucesos misteriosos. Haruhi obliga a su compañero de clase Kyon, quien narra la serie, a unirse a sus proyectos y de manera similar recluta a tres miembros adicionales en su club: la silenciosa bibliófila Yuki Nagato, la tímida y asustadiza Mikuru Asahina, y el amistoso “estudiante de intercambio misterioso” Itsuki Koizumi. Estos miembros de pronto se revelan ante Kyon como los personajes extraordinarios que Haruhi está buscando, enviados por sus respectivas organizaciones para observarla.

Películas

El graduado (1967), filme de Mike Nichols con Dustin Hoffman y Anne Bancroft: Ben Braddock es un joven que regresa a su hogar tras acabar sus estudios universitarios. Con ganas de desafiar los ideales y la moral de la generación de sus padres, quiere terminar con la hipocresía y la corrupción de la sociedad en la que vive. Una amiga de la familia, la señora Robinson, se encapricha con Ben y lo convierte en su amante; pero esta relación se complicará cuando el chico conozca a Elaine, la hija de la señora Robinson.

Sonata de otoño (1979), filme de Ingmar Bergman con Ingrid Bergman y Liv Ullmann: Charlotte tuvo dos hijas. Helena se encuentra incapacitada y Eva cuida de ella junto a su esposo, Viktor. Hace mucho tiempo que Charlotte abandonó a ambas para dedicarse de lleno a su gran pasión, el piano. Ahora, después de siete años de ausencia y una fama cultivada a nivel internacional como pianista, volverá a reencontrarse con sus hijas en una situación que no será grata para ninguna de ellas.

Un viejo amigo de Charlotte ha muerto y Eva, quien se mueve entre el rencor y la nostalgia hacia su madre, le avisa para que vuelva. Así lo hace. Lo primero que ve la madre al llegar es que, al contrario de lo que pensaba, Helena está en casa de Eva y no en una clínica como ella creía. Con esta oportunidad surge el primero de una larga serie de encontronazos entre madre e hija. Los reproches y los recuerdos ahogan cualquier intención previa de reconciliación y Charlotte acaba marchándose de nuevo.

Perdidos en Tokio (2003), filme de Sofia Coppola con Bill Murray y Scarlett Johansson: Bob Harris, un actor norteamericano en decadencia, acepta una oferta para hacer un anuncio de whisky japonés en Tokio. Está atravesando una crisis y pasa gran parte del tiempo libre en el bar del hotel. Y, precisamente allí, conoce a Charlotte, una joven casada con un fotógrafo quien ha ido a Tokio a hacer un reportaje; pero mientras él trabaja, su mujer se aburre mortalmente. Además del aturdimiento que les producen las imágenes y los sonidos de la inmensa ciudad, Bob y Charlotte comparten también el vacío de sus vidas. Poco a poco se hacen amigos y, a medida que exploran la ciudad juntos, empiezan a preguntarse si su amistad podría transformarse en algo más.

Fuente: https://www.gaceta.unam.mx/la-melancolia-es-parecida-a-la-tristeza-y-suele-estar-unida-a-un-recuerdo/