Tiempos de sufrimiento para las Pymes en latinoamérica

Siempre vivimos crisis en la región, después del COVID 19 se pensó que empezábamos a salir y llego la guerra de Rusia en Ucrania. Antes de avanzar veamos algunos conceptos:  

Según la Unión Europea, se consideran Pymes las empresas que ocupan a menos de 250 personas; y cuyo volumen de negocios anual no excede de 50 millones de euros, o bien cuyo balance general anual no excede de 43 millones de euros. Por tanto, para poder ser considerado Pyme es necesario primero ser considerado empresa.Las pequeñas empresas representan el 90% de todas las empresas y son responsables de casi el 70% tanto de los puestos de trabajo como del producto interior bruto (PIB) en todo el mundo. Un estudio reciente del pone de relieve que el 67% de las Pymes y las empresas medianas afirman que su principal reto es luchar por sobrevivir y son ignoradas por las políticas públicas.

Generan empleo, innovación y crecimiento de la economía

Pero también pasan por muchos fracasos antes de ver el éxito. Las Pymes de América Latina y el Caribe necesitan ayuda para poder crecer. Sus problemas son comunes a prácticamente todas las Pymes de la región. A la financiación, escasa y cara, se suman otros dos cuellos de botella: las dificultades de acceso a tecnologías de nuevo cuño y la falta de recursos humanos especializados. Pese a aportar casi el 70 % del empleo y mas del 28% del PIB, las Pymes son las grandes olvidadas del ecosistema empresarial latino­americano.

La escasa información disponible en América Latina apunta a que solo el 45% de las pequeñas y medianas empresas logran sobrevivir más de dos años. En España, por ejemplo, donde las compañías de tamaño reducido también tienen un peso importante sobre el universo total de empresas, casi ocho de cada diez logran superar ese horizonte temporal. Aún falta mucho para incrementar la eficacia, eficiencia y la competitividad de estas empresas.  En la práctica, la totalidad de gobiernos en América Latina han puesto en marcha programas públicos para mejorar la capacitación de las Pymes, sin embargo, el diseño, implementación y evaluación de estos arrastran todavía numerosas ineficiencias, que limitan la capacidad de la política pública para impulsar y reforzar el tejido productivo en la región.

Escenarios globales difíciles

El empeoramiento de las condiciones externas y el consecuente cambio de ciclo económico mundial abren un nuevo período, en el que la región ya no será empujada hacia el desarrollo por poderosos vientos de cola. En consecuencia, América Latina debe mirar hacia sí misma para encontrar motores de crecimiento internos que permitan continuar con los avances económicos y sociales conquistados, o, al menos, hacer que la caída sea tan suave como sea posible. Es el caso de muchos países y gobiernos, donde el pensamiento budista del Dalai Lama viene al caso: “Nuestro propósito principal en esta vida es ayudar a otros. Y si no puedes ayudarles, al menos no les hagas daño».

Generar confianza

En los negocios, la confianza es el adhesivo que une a los empleados y empleadores, a consumidores y compañías, y a las compañías con sus proveedores, reguladores, gobierno y socios. Y, aun así, varios años después de las crisis económicas y de la recesión derivada de ella, los esfuerzos por reconstruir la confianza todavía continúan. La mayoría de las compañías comprenden que los altos niveles de confianza dan lugar a una más fuerte reputación, ingresos sostenibles, mayor defensa del cliente y mayor retención de empleados.

También es probable que las compañías con altos niveles de confianza puedan recuperarse de crisis futuras mucho más rápido que otras. La confianza es un activo que las compañías deben comprender, pero también administrar y cultivar a fin de tener éxito. Para comenzar, las compañías deben hacer más que simplemente cumplir con las reglas y las normativas. También se debe ver que hagan lo correcto. En segundo lugar, debemos enfocarnos en construir la confianza en el estado de derecho.

Reglas claras y valores

Para que tanto las empresas y las economías puedan prosperar, necesitamos reglas claras, un alto nivel de certeza acerca de los parámetros legales de la toma de decisiones y consecuencias claras que castiguen la conducta ilegal. Esto se necesita sobre todo al ingresar a los nuevos mercados de exportación, todos estos desarrollos requerirán nuevas leyes, nuevas maneras de garantizar que todas las partes puedan verse de frente y saber que podrán obtener una recompensa justa por una transacción justa.

Para que puedan en verdad recuperar la confianza, lo más importante es que las compañías demuestren su dedicación a un objetivo más amplio. Deben comprobar que no sólo las impulsa el deseo de obtener ingresos rápidos, sino también los valores. Este es el nuevo orden después de la turbulenta era global de los últimos años. Existen marcadas diferencias entre las grandes compañías y las Pymes, hablando de comercio exterior, los gobiernos no pueden aplicar los mismos criterios, como retenciones, impuestos, trabas burocráticas, etc., a los más pequeños que a los grandes.

Pymes “el problema argentino” 

Es un error histórico, por ejemplo, en Argentina casi todos los gobiernos en los últimos cincuenta años terminan, sumando frustración, estas empresas ya empiezan a mostrar signos de cansancio. Sobre todo, esto sucede entre sus accionistas y directivos, a quienes les afecta directamente el estrés y empiezan a decir cuánto impactan los costos de sostener los puestos laborales. A esto se suma la impotencia de los trabajadores, quienes sufren mes a mes como sus salarios se deprecian, y muchos no logran cubrir la canasta básica, aun cuando tienen empleo, y en blanco.

Los ansiados dólares que necesita el país vendrán de las exportaciones justas o de pedir prestado a organismos internacionales, con difícil margen para poder devolverlos (lo demuestra la realidad). El déficit fiscal vendrá de equilibrar el gasto entre lo que entra y lo que sale. Dicho en forma sencilla para que se entienda. La enfermedad crónica que padece la argentina es política, Dios quiera que las cosas cambien de cara a nuevos escenarios en el 2023.

 

Autor; Omar Romano Sforza