El secreto de la felicidad está en el cerebro

El anhelo de ser felices es una búsqueda común a todos los seres humanos. Pero, ¿dónde reside realmente la felicidad? Según la ciencia, el secreto de la felicidad se encuentra en nuestro cerebro y en las sustancias químicas que produce. Nuestro cerebro es una fábrica de hormonas, las cuales actúan como las llamadas «drogas de la felicidad». Estas hormonas endógenas, es decir, producidas internamente por nuestro organismo, tienen un papel fundamental en nuestro estado de ánimo y bienestar.

  • Una de estas hormonas es la dopamina, conocida como la droga del amor y la ternura. La dopamina nos proporciona esa sensación de bienestar y placer cuando estamos enamorados o experimentamos momentos de conexión emocional. Es la responsable de generar ese sentimiento de alegría y felicidad en nuestras relaciones interpersonales.
  • Otra hormona importante es la fenilalanina, la cual nos impulsa a sentir entusiasmo y amor por la vida. Nos brinda la energía necesaria para enfrentar los desafíos cotidianos y nos ayuda a mantener una actitud positiva frente a las situaciones que se presentan.
  • La endorfina es otra de estas hormonas, que actúa como un transmisor de energía y equilibra nuestras emociones. Es la responsable de ese sentimiento de plenitud y satisfacción que experimentamos después de realizar actividades físicas, como el ejercicio o el baile. Además, ayuda a contrarrestar la depresión y a mantener un estado de ánimo estable.
  • Por último, la epinefrina, también conocida como adrenalina, es una hormona que nos impulsa a desafiarnos a nosotros mismos y a alcanzar nuestras metas. Nos proporciona ese estímulo necesario para enfrentar los retos de la vida y nos brinda un impulso de energía cuando más lo necesitamos.

Cuando estas hormonas endógenas se encuentran en abundancia en nuestro organismo, experimentamos un estado de inteligencia emocional e interpersonal. Nos sentimos en equilibrio, tenemos un mayor autoconocimiento, conocemos nuestras habilidades y talentos, y nos sentimos dueños de nuestra propia vida. Es importante destacar que la felicidad no es algo abstracto o indefinido, sino el resultado de un flujo adecuado de sustancias químicas en nuestro cerebro. La ciencia respalda la idea de que la felicidad tiene bases físicas y químicas concretas.

Por tanto, es fundamental cuidar de nuestro cerebro y promover un estilo de vida que fomente la producción de estas hormonas endógenas. El ejercicio físico, las relaciones afectivas y sociales saludables, el disfrute de actividades placenteras y el manejo adecuado del estrés son algunos de los factores que contribuyen a mantener un equilibrio químico en nuestro cerebro y a experimentar una mayor sensación de felicidad y bienestar.

Conclusión, la felicidad tiene una base científica en nuestro cerebro y en las hormonas que produce. No es un concepto abstracto, sino el resultado de un correcto equilibrio químico. Al entender este proceso, podemos tomar medidas para promover nuestra propia felicidad y bienestar, nutriendo nuestro cerebro con las sustancias necesarias para experimentar una vida plena y satisfactoria.

 

Fuentes:

  1. Sapolsky, R. M. (2017). Behave: The Biology of Humans at Our Best and Worst. Penguin Books.
  2. Davidson, R. J., & Begley, S. (2012). The Emotional Life of Your Brain: How Its Unique Patterns Affect the Way You Think, Feel, and Live–and How You Can Change Them. Plume.
  3. Hanson, R., & Mendius, R. (2009). Buddha’s Brain: The Practical Neuroscience of Happiness, Love, and Wisdom. New Harbinger Publications.