¡Ah, la gastronomía italiana!

Como italiano que no vive el país, a lo largo de los años, he tenido la fortuna de viajar y explorar muchos rincones de mi querida tierra, un país tan diverso y lleno de sabor. Permítanme guiarlos a través de los platos más típicos que he tenido el placer de disfrutar en Milán, Varzi, Lucca, San Geminiano, Roma, Nápoles, Génova y Campobasso, desde mi propia experiencia.

Comencemos en Milán, la elegante capital de la región de Lombardía. Aquí, uno no puede dejar de probar el risotto allá Milanese, un arroz cremoso y amarillo dorado, delicadamente perfumado con azafrán, y acompañado perfectamente con ossobuco, tiernos trozos de carne de ternera cocidos lentamente en un sabroso caldo.

En Varzi, un encantador pueblo en la región de Lombardía también, famoso por sus productos de cerdo, destacaría la coppa di Varzi, un embutido curado con hierbas aromáticas que deleita los sentidos con su sabor intenso y su textura suave.

En Lucca, en la región de la Toscana, no puedo resistirme a los pici, una pasta casera similar a los espaguetis, pero más gruesa, servida con una salsa de carne de cerdo o conejo, o simplemente con aceite de oliva y ajo, ¡una delicia simple pero reconfortante!

San Geminiano, otra joya de la Toscana, es conocida por su cocina rústica y auténtica. Aquí, no puedes perderte la pappa al pomodoro, una sopa tradicional a base de tomates maduros, pan rancio, ajo y albahaca fresca, una combinación que resalta la esencia de la cocina campesina toscana.

Roma, la Ciudad Eterna, ofrece una amplia variedad de platos para satisfacer todos los gustos, pero mi favorito sin duda es la cacio e pepe, una pasta simple pero exquisita hecha con pecorino romano, pimienta negra y un poco de agua de cocción de la pasta, que se une para crear una salsa cremosa y ligeramente picante que es absolutamente irresistible.

Nápoles, la cuna de la pizza, es un paraíso para los amantes de la comida. Aquí, una auténtica pizza margherita, con su base de masa fina y crujiente, tomates frescos, mozzarella de búfala y albahaca, es una experiencia culinaria que nunca olvidaré.

Génova, en la hermosa región de Liguria, es famosa por su pesto alla genovese, una salsa verde vibrante hecha con albahaca fresca, piñones, ajo, queso parmesano y aceite de oliva, que se sirve tradicionalmente sobre pasta trofie, ¡una combinación perfecta de sabores mediterráneos!

Finalmente, en Campobasso, en la región de Molise, disfruté de la tiella campobassana, un pastel de masa relleno de capas de arroz, papas, queso, tomate y mariscos, horneado lentamente hasta que todo se funde en una armonía de sabores deliciosos.

La gastronomía italiana es verdaderamente un tesoro culinario que nunca deja de sorprenderme con su diversidad y autenticidad en cada rincón de mi país. Prometo en un próximo artículo contarles de otros platos típicos y otras experiencias gastronómicas imperdibles.