Mi diario de viaje: Un te en las calles de Bangkok

El sudeste asiático tiene un encanto profundo para mí. Sus tradiciones, su cultura, su fe y sobre todo la calidez sonriente de sus personas. Por mi trabajo visite el país muchas veces.

Bangkok, una ciudad vibrante y llena de contrastes, se convirtió en el escenario de una experiencia que quedará grabada en mi diario de viaje. Mientras exploraba sus bulliciosas calles y mercados, me encontré con una historia que ilustra los valores que llevo conmigo.

En medio del bullicio de la ciudad, conocí a Nid, una mujer tailandesa de mirada serena y sonrisa amable. Su modesta tienda callejera de té, ubicada en un rincón tranquilo de la ciudad, era como un oasis de serenidad en medio del caos urbano. Decidí sentarme y disfrutar de un momento de calma en ese pequeño santuario. Los dos pudimos entendernos en un mal inglés.

Nid, con su sabiduría en las manos, preparó meticulosamente una taza de té que desprendía aromas exquisitos. Mientras compartíamos el té, comenzamos a hablar sobre la vida, el amor y los valores que guiaban nuestras acciones. Su voz era suave, pero sus palabras llevaban consigo una profundidad que solo se encuentra en aquellos que han vivido y aprendido mucho.

En su relato, Nid reveló cómo se apartó de aquellos que consideraban la insolencia como un valor a seguir. Para ella, la verdadera fortaleza residía en la humildad y el respeto. En su tienda, donde reinaba la ternura, contó historias de amistades inesperadas que florecieron gracias a pequeños gestos de bondad.

En un rincón de la tienda, un anciano silencioso pero sabio, era la personificación de la charlatanería rechazada por Nid. Su sabiduría se manifestaba en el silencio elocuente de sus ojos y en la forma en que compartía su conocimiento con quienes buscaban aprender.

En Tailandia, aprendí de Nid que la verdadera riqueza no se encuentra en la insolencia ni en la charlatanería, sino en la sabiduría silenciosa y la ternura valiente. Este encuentro en la bulliciosa ciudad se convirtió en un capítulo emotivo de mi diario de viaje, recordándome la importancia de apartarse de ciertas actitudes para abrazar la autenticidad y la conexión genuina con los demás.