Si tu empresa vive una crisis, recuerda esta historia

Había una vez en Ecuador, un frigorífico gigantesco donde un accidente detuvo la producción de carne. Miles de empleados estaban sin hacer nada y los clientes, desesperados, esperaban sus pedidos. ¡Un verdadero caos!

El dueño de la industria, al borde de la locura, vio que ni sus técnicos ni los de la vecindad sabían cómo resolver el problema. Exhausto, preguntó a su asistente quién era el mejor experto en frigoríficos del mundo. «Federico García, vive en Málaga, España», le respondió ella.

Sin perder tiempo, el dueño mandó a buscar a García en su avión privado, dispuesto a pagar lo que fuera necesario. ¡El dinero no importaba, la carne sí!

Finalmente, el ingeniero García llegó a Quito, Ecuador. Con la atención de todos sobre él, recorrió la planta varias veces, observándolo todo meticulosamente. Al final, pidió un destornillador, ajustó un tornillo y ¡voilà! La planta volvió a funcionar. «¡Genial! ¡Espléndido!», exclamó el dueño.

Agradecido, el dueño pidió una factura detallada y preguntó cuánto debía pagar. García respondió: «Son 100.000 euros». «¡¿Pero qué?!», gritó el dueño, «¡si solo estuvo 15 minutos y ajustó un tornillo!».

García, con una sonrisa, le entregó la factura: «Ajustar un tornillo: 1 euro. Saber cuál tornillo ajustar: 99.999 euros».

Moraleja:

  • A veces no pagas por lo que se hace, sino por saber cómo hacerlo.
  • Y recuerda, siempre es útil tener a mano un buen destornillador y el número de un experto.