“Estamos en la vida para que nos quieran”

De niños a adultos, las personas solo buscan que los quieran, que los cuiden y que se sientan orgullosos de ellos. Lo demás, decía mi tío Lalo, «es cartón pintado».

Desde la cuna hasta el último suspiro, buscamos lo mismo

Cambian los rostros, cambian los gestos, cambian las palabras, pero el anhelo sigue intacto, agazapado en el pecho. Somos cachorros que olfatean el calor, que se refugian en brazos que no suelten, en miradas que aprueben. No queremos otra cosa, aunque el mundo nos venda espejismos, aunque la pantalla diga que el amor tiene precio y la vida es un juego de prestigio donde el que no brilla no existe.

El niño levanta la cometa al viento, pero lo que en verdad quiere es que su padre le sonría desde la vereda

La joven alisa su vestido, se pinta la boca, pero lo que espera es que alguien la mire y la diga bonita. El hombre hace cuentas al final del día, pero más que números busca que su esfuerzo valga un «bien hecho».  La anciana repasa fotografías que el tiempo ha desteñido, y en cada imagen lo que busca es un rastro de que su paso por este mundo dejó algo más que polvo.

Mientras tanto, el mundo gira y gira

Y el ruido es ensordecedor. Nos gritan que la vida es escalar, es ganar, es poseer. Pero nosotros, desde adentro, seguimos siendo el niño que dibuja una casa con techo rojo y jardín verde, esperando que alguien le diga que está lindo. Seguimos siendo la adolescente que tiembla al entregar una carta escrita con faltas de ortografía y demasiados «te quiero».

Todo lo demás

Eso que pesa tanto cuando uno se lo cree, cuando uno lo hace suyo, es puro cartón pintado. Se cae al primer aguacero, se rompe al primer abrazo sincero. Porque al final, cuando la piel se hace papel y los ojos se vuelven recuerdos, solo queda eso: querer, cuidar y ser motivo de orgullo. Sin dramatismo, he conocido a tantas personas, hombres y mujeres, elevando la mirada al cielo y preguntando, a la madre o al padre: «¿Están orgullosos de mí?»

Lo demás, decía mi tío Lalo, mientras llenaba su pipa, “estamos en la vida para que nos quieran, lo demás es solo cartón pintado”.