Sobrevivir al calor extremo (y no morir en el intento)
Cuando el termómetro sube más que los precios del alquiler, no hay lugar para hacerse el valiente. Si estás en España, Italia o Francia, tomá nota de estas recomendaciones para no terminar frito como calamar de chiringuito:
Agua, siempre agua: No esperes a tener la boca como desierto. Aunque estés en Sevilla, Roma o Marsella, el vino, el vermut o el spritz no hidratan. Agua fresquita y constante. Tu cuerpo no es una fuente, pero necesita recarga.
Vístete con cabeza: Nada de ropa ajustada y oscura. Ropa ligera, colores claros, lino si tenés, y sombrero si podés. El estilo no está reñido con la supervivencia.
Ventilador o abanico, pero sin exagerar: El abanico es patrimonio cultural, úsalo con arte. El ventilador ayuda, sí, pero si te pega en la cara todo el día, te levantás con cuello torcido y garganta del Sahara.
Ducha fría: refrescante, no olímpica: Una buena ducha puede bajarte la temperatura, pero no te instales en ella como si fuera el spa de Budapest. Agua sí, pero con conciencia.
Sombra, tu mejor aliada: Camina por donde haya toldo, árbol o fachada. Nada de hacerse el héroe bajo el sol a las 15:00. El único bronceado seguro es el que se evita.
Comé fresco: Olvidate del cocido, la lasaña o el cassoulet. Ensaladas, frutas, gazpacho, melón con jamón. Y sí: la sandía es reina en los tres países.
Protector solar, aunque estés en Galicia: El sol quema igual en la Costa Brava, en la Toscana o en Normandía. Factor 30 mínimo y reaplicá cada dos horas. No queremos souvenirs en forma de ampolla.
Nada de ejercicio a pleno sol: No es momento para correr maratones ni sacar la bici a las 14h. Movete al amanecer o al atardecer, y el resto del día, modo siesta.
Cuidá a los más vulnerables: Abuelos, niños y mascotas sufren más. Agua, sombra y ventilación para todos. Y una mirada atenta: salvar vidas también es cosa tuya.
Sentís mareo o náuseas: pará. Podés estar sufriendo un golpe de calor. A la sombra, agua, y si no mejora: al médico. Sin excusas.
Aire acondicionado: no es el demonio: En Europa se le teme como si diera multas. Pero bien usado, es tu salvador. 22º, nunca directo al cuerpo, y airear la casa por la mañana. Dormí bien, no congelado.
Recuerda: ¡el verano se disfruta más… cuando no se sufre!