La historia de Leda y Ottavio o “el hombre tiene la edad de la mujer que ama”
Tiempo atrás, mi amiga Leda se enamoró de un hombre que la doblaba en años, y se enamoró perdidamente. Él se llama Ottavio. Así empieza la historia, casi como una fábula donde el amor se presenta inesperado, desafiando las leyes de la lógica y las opiniones de los demás, porque, en efecto, a pesar de las críticas de familiares y amigas, ella siguió y le hizo caso a su corazón.
Una vez, en una tarde tranquila, hablamos sobre cómo iba esa relación y me dijo: «fantástica, nunca imaginé lo feliz que sería», y entonces me contó sus porqués.
Dijo Leda, por mi experiencia con Ottavio, he aprendido que alguien con su edad y vivencias tiene una comprensión más profunda de lo que es una relación. Ottavio sabe el compromiso que representa estar en pareja, se entrega por completo para que todo salga bien y me hace sentir la persona más especial.
Él impulsa mi crecimiento profesional: a este punto le daba gran importancia. Según Leda, Ottavio la apoya para que cumpla todas sus metas y sueños. Es un hombre que la motiva a estudiar, a trabajar y a no dejar de prepararse para llegar hasta donde quiere llegar.
Luego agregó: «No intenta cambiar quién soy, es más, le gusta cómo soy. Ottavio entiende que no somos perfectos y me acepta con mis virtudes y defectos», decía ella, y en sus ojos se reflejaba la paz de quien se siente completamente aceptada.
Leda piensa que Ottavio ha vivido solo y sabe cómo cuidarse. Aunque no se puede generalizar, decía con prudencia, cree que su independencia y capacidad para cuidarse a sí mismo lo han hecho madurar. Por consiguiente, cuando están en pareja, él es autosuficiente. Incluso es de esos hombres que ayudan en las tareas del hogar sin rechistar, pues ya sabe hacerlo todo.
Ella sonreía al contar que Ottavio ya ha pasado por trabajos mal pagados, por lo que ahora disfruta de un ingreso sólido y mayor estabilidad. Claro que esta no es la clave para que una relación funcione, pero brinda seguridad para formar un futuro juntos. Y si a sus ingresos les sumas los tuyos, te aseguras un futuro muy tranquilo y libre de preocupaciones económicas.
Ottavio se conoce muy bien a sí mismo gracias a la experiencia que traen consigo los años. Es decir, ¡adiós a los celos! La confianza que tiene Ottavio no la encuentras en ningún otro lado. Incluso, te motiva a que continúes frecuentando a tus amigos sin que esto suponga un problema.
Esto no es un hecho, decía Leda, pero cree que Ottavio cuenta con más experiencia, madurez y cultura. Tienes charlas garantizadas de todos los temas que se te ocurran, y además serán enriquecedoras. No todo es el físico, y estar con alguien con quien puedas hablar de cualquier cosa y conocerlo más a profundidad crea lazos duraderos y fuertes.
La experiencia en lo negativo es igual de importante, reflexionaba Leda, pues aprender de los errores que Ottavio cometió en el pasado es fundamental para no volverlos a repetir en el futuro. Además, gracias a estos sabe cómo cuidar de una relación sin permitir que se involucren miedos ni inseguridades.
Ottavio tiene claro lo que busca en su vida y para su futuro, y no conoce límites que puedan hacer que no lo consiga. Además, dentro de este futuro cuenta conmigo y con el compromiso que tiene con nuestra relación.
Leda decía que Ottavio busca hacerme sentir especial siempre que haya oportunidad. Me abre la puerta del coche, está atento a fechas importantes, y siempre tiene un detalle sin importar que no sea un día especial. Vamos, que me trata como una dama. Por supuesto, si algunos de estos gestos me hacen sentir incómoda, no dudo en decírselo, que gracias a su madurez lo entiende por completo y lo respeta.
Y así, mientras la tarde se consumía y el sol caía lentamente en el horizonte, las palabras de Leda resonaban como una melodía suave, casi como un susurro, de esos que se quedan en la memoria y en el corazón.