“Así es la vida”
La vida no siempre avisa. Llega, empuja, se ríe, se esconde. A veces abriga, a veces araña.
Se parece más a una pregunta que a una respuesta. Y, sin embargo, hay quienes la viven como si supieran el secreto. No porque todo les salga bien, sino porque decidieron cómo mirar lo que les pasa.
Las reflexiones de abajo son pistas, no recetas. Retazos de calle, de gente, de alma. Palabras que se quieren quedar a vivir en tu pecho.
La actitud no se hereda, se elige
Cada mañana, cuando la luz todavía no sabe si quedarse, tú decides si arrastras los pies o las alas. La vida no espera, pero sí escucha. Y le encanta cuando le hablas con entusiasmo.
No siempre se puede, pero siempre se intenta
Hay días que duelen como piedras en el pecho. Y aún así, los que siguen caminando con el alma rota, hacen temblar al miedo. La vida respeta a quien no se rinde.
Lo urgente devora lo importante
Entre pantallas, correos y relojes, se nos olvida mirar a los ojos. La vida no grita, susurra. Por eso la pierden quienes solo escuchan el ruido.
El mundo cambia cuando cambia tu mirada
El que busca defectos, los encuentra. El que busca belleza, la siembra. La vida tiene el color que tú le prestas con la mirada.
La sonrisa es un acto de resistencia
No es simple mueca, es bandera. La lleva quien se niega a ser vencido por el gris. En tiempos oscuros, una sonrisa ilumina más que mil lámparas.
Haz lo que amas o acabarás amando lo que te mata
El alma tiene hambre de propósito. Quien trabaja sin pasión, envejece por dentro. La vida se vuelve más vida cuando te hace vibrar.
Hay cosas que solo valen cuando se dan
El amor, la gratitud, el tiempo. Guardarlos no los marchites. La vida no acumula, florece.
No esperes al golpe para valorar lo simple
Una caricia, un café caliente, una charla sin prisa. Las joyas de la vida no brillan, laten. Y suelen estar más cerca de lo que imaginas.
Perder no es caer, es no levantarse
La derrota no tiene voz, pero la culpa sí. Y grita. Por eso el verdadero valiente no es el que gana, sino el que se levanta una vez más del suelo.
Vivir no es llenar los días, es llenarse en ellos
La agenda puede estar llena y el corazón vacío. La vida no se mide en logros, se siente en los momentos en que te olvidas del reloj.
Epílogo
Y así va la vida, sin manual, sin permiso, sin pausa. No pide explicación ni da garantías. Pero regala instantes. Instantes que, si los miras bien, tienen dentro un mundo entero.
No se trata de entenderla, se trata de sentirla. Y seguir.