Nuestros pequeños actos cotidianos

Si tu paso por el mundo es sólo transcurrir, es posible que más tarde o más temprano te cuestiones el sentido de tu existencia.

Sin que sea necesario que realices obras heroicas y monumentales, cada pequeño gesto y acto cotidiano, hecho desde la profundidad de la consciencia ética va creando tu legado personal.

Tus pensamientos, tus creaciones y tus concreciones tangibles forman parte del legado personal. Y también tu forma de ser, la de vincularte con otros y elevarlos, y la de sembrar.

La probabilidad de que nacieras es prácticamente cero. Observa esto: cada ser humano es la combinación de un espermatozoide y un óvulo concreto. Tu madre tiene una media de 100.000 óvulos fértiles durante toda su vida; y tu padre generó aproximadamente unos 400.000 trillones de espermatozoides todos diferentes. Por lo que la probabilidad cierta de que el bebé que engendren seas tú, es de 1 entre 400.000 trillones de posibilidades.

Visto desde esta perspectiva, tu vida es un milagro; como tantos otros milagros cotidianos que vives y que pasan desapercibidos. Es justamente el tesoro del tiempo el que marca el comienzo de una cuenta regresiva desde que nacemos. Hay una cantidad de segundos de vida definidos. Si aproximadamente pasamos un 30% del tiempo descansando, el otro 70% es el que marca la diferencia si sabemos utilizarlo apropiadamente.

El proceso de la vida, tan simple como nacer, vivir y morir, y tan complejo por la multitud de capas que implica hacerlo a consciencia, es un abanico de posibilidades infinitas para expresar tu esencia y lo que viniste a hacer a este mundo.

Como cada persona es única y especial -recuerda el dato científico de los espermatozoides y óvulos citado más arriba-, sería un desperdicio de tiempo que te distraigas de tu propósito.