«Políticamente correcto»

Algunos ejemplos de lenguaje políticamente correcto incluyen:

Género: No usar términos genéricos que impliquen solo a hombres, como «todos los hombres» en lugar de «todos». Utilizar «persona» en lugar de términos como «hombre» o «mujer» cuando sea apropiado.

Raza y etnia: Evitar estereotipos raciales o étnicos. Utilizar términos precisos y respetuosos para referirse a diferentes grupos étnicos.

Discapacidad: Utilizar un lenguaje que no refuerce estigmas o prejuicios hacia personas con discapacidades. En lugar de «persona discapacitada», usar «persona con discapacidad».

Orientación sexual: Evitar términos despectivos o estigmatizantes para referirse a la orientación sexual de alguien. Utilizar términos como «persona gay» o «persona lesbiana» en lugar de términos peyorativos.

Religión: Respetar las creencias religiosas y evitar generalizaciones negativas sobre una religión específica. Utilizar un lenguaje neutral y no ofensivo al discutir temas religiosos.

Es importante señalar que el concepto de lenguaje políticamente correcto a veces ha sido objeto de críticas, ya que algunas personas argumentan que puede limitar la libertad de expresión o resultar en un exceso de sensibilidad. Otros, sin embargo, lo ven como una herramienta valiosa para promover un discurso más inclusivo y respetuoso.

El término «políticamente correcto» tiene sus raíces en el ámbito político y social, y ha evolucionado a lo largo del tiempo. Aunque no hay un único origen claro, aquí hay algunas referencias históricas relevantes:

  • Orígenes en el marxismo-leninismo: Se argumenta que la expresión «políticamente correcto» tiene sus raíces en el marxismo-leninismo. Durante la Revolución Cultural china en la década de 1960, el término se usaba para describir las opiniones o políticas que estaban alineadas con la ideología del Partido Comunista Chino. Desviarse de estas ideas políticas «correctas» podía resultar en represión.
  • Movimientos feministas y antirracistas: En la década de 1970, el término comenzó a ser adoptado en los movimientos feministas y antirracistas en Estados Unidos. Se utilizaba para señalar la necesidad de utilizar un lenguaje que reflejara una mayor sensibilidad hacia cuestiones de género y raza, evitando términos que pudieran considerarse sexistas o racistas.
  • Influencia en la década de 1990: Durante la década de 1990, el término se popularizó aún más en la cultura mainstream y se aplicó a una variedad de contextos. En esta época, hubo un aumento en la conciencia sobre la importancia de utilizar un lenguaje que no perpetuara estereotipos o discriminación.
  • Críticas y debates: A medida que el término se difundía, también generaba críticas. Algunos argumentaban que la corrección política podía ser excesiva y limitar la libertad de expresión, mientras que otros la veían como una herramienta importante para promover un discurso más inclusivo y respetuoso.

Es decir, el término «políticamente correcto» ha evolucionado a lo largo del tiempo y ha sido utilizado en diferentes contextos para describir el uso de un lenguaje que busca ser más inclusivo y evitar ofender a grupos específicos. Su significado y connotaciones pueden variar según el contexto y la perspectiva.