“La raíz de todo bien reposa en la tierra de la gratitud”

“La gratitud puede definirse como un sentimiento de aprecio y valoración por las acciones que otros hacen a favor nuestro.

Implica una suerte de deuda moral con quien nos hace bien. Deuda que no significa hacer un cálculo para redimirla, sino elevar la estima por quien nos hace un favor o nos prodiga un bien, y estar abiertos a la posibilidad de corresponder por el beneficio recibido.

Quien ha pasado por dificultades y las ha resuelto, sabe el inmenso valor que tiene la ayuda de otros.

Nada como sentirse impedido para algo, o atrapado, o vencido, para entender que la mano que otro tiende es un verdadero regalo del cielo.

La gratitud es un sentimiento sutil y sofisticado. Casi un arte.

La gratitud germina sobre la convicción de que los seres humanos somos incompletos y que nos necesitamos mutuamente.

Es el producto de haber desarrollado una ética de cooperación, en lugar de una actitud de competencia o confrontación”..