Si no haces nada, las cosas no van a cambiar

“Si no te gusta tu vida, tienes que saber en qué falla y qué vas a hacer. Si no te gusta tu trabajo, qué vas a hacer; si no te gusta tu pareja, qué vas a hacer; si no haces nada, las cosas no van a cambiar, tienes que cambiarlo tú. Si no acabas en el mismo sitio.

Tenemos una cultura en que la gente está muy dispuesta a quejarse, pero poco dispuesta a hacer cosas para cambiar.Vivimos en una sociedad en la que todos queremos una vida de película. Que todo sea maravilloso, los padres perfectos, el profesional ideal, tener el físico ideal, la pareja ideal y eso es inalcanzable.

Siempre va a haber algo de insatisfacción en tu vida, por eso hay que dejarse influir menos y centrarse en lo que uno quiere realmente, en lo que tú necesitas para ser feliz, y verás que no necesitas tantas cosas. Pero esto es una pelea, vivir en el mundo de Instagram, de las redes sociales, del aparentar, del parecer… Es el mundo del envoltorio y el nivel de exigencia para que el envoltorio sea bonito es tan extremo que genera mucha frustración.

Antes necesitábamos menos cosas y sobre todo enseñarle menos a los demás. Vivimos en una sociedad de consumo, materialista y de imagen, y no todo el mundo tiene la vida que la sociedad marca como ideal. Mi mejor amigo, por ejemplo, es carpintero y es el tío más feliz del mundo, pero según los estándares de la sociedad no es el prototipo de persona que debería ser feliz, pero lo es. Porque se puede ser feliz con muy poco, aunque la exigencia de la sociedad es que tengamos que tener de todo.

Ser positivo, optimista: Hay tres componentes: el genético, las circunstancias y lo que tú haces. La genética condiciona, pero no determina. Tú tienes responsabilidad, a lo mejor no eres la más optimista del mundo, pero puedes ayudarte a ser lo más optimista dentro de tus posibilidades. Ahí no hay excusa, a mí la frase que me da mucha rabia es eso de «Yo soy así». ¿Cómo? Pues espabila, que los demás no tenemos la culpa.La gente sí cambia, pero tienen que querer. Tú eres como tú quieres ser.

Hay algo que se llama la neuroplasticidad del cerebro que lo explica: no es que seas así y ya no puedas cambiar. No, no. Tú eres un cenizo porque te da la gana de serlo y tú eres una persona alegre porque te da la gana, salvo que tengas dramas en tu vida. Si todo el mundo está más o menos sano y llegas a final de mes, y no tienes problemas gordos, a partir de aquí puedes luchar para vivir con alegría. A la gente que no tiene trabajo o que tiene a su madre enfermísima no le puedes pedir que aún encima vaya alegre por la vida.”

Víctor Kuppers