«Los argentinos esos italianos que hablan español»

Desde 1860 se inició el movimiento migratorio más grande e importante reportado en la República Argentina. Este fue protagonizado por italianos que por diversos motivos decidieron emigrar al país suramericano en busca de nuevas oportunidades. La inmigración italiana hacia el territorio argentino empezó a incrementarse en 1870 y duró hasta aproximadamente 1970.

A diferencia de otros países, la experiencia de Argentina en relación a la cultura y presencia de los italianos en la región fue muy positiva. Fueron recibidos de manera amigable y respetuosa y en poco tiempo los italianos se adaptaron a la sociedad. Estos fueron los empezaron a mezclar y adaptar la cultura de ambos países y a formar parte de la historia, política, bellas artes y demás ámbitos del país sur americano.

Los argentinos recibieron y adoptaron a los italianos, incluyendo su idioma, su forma de ser y su baúl de conocimientos

En definitiva, la vida de los argentinos dio un gran vuelco con la inmigración italiana. Los habitantes del viejo continente que eligieron al país austral fueron influenciando la cultura suramericana con sus tradiciones: los encuentros familiares los domingos, la comida, los bailes, la música, sus conocimientos, su manera de relacionarse y más.

Este fenómeno es totalmente contrario al que se da en los procesos migratorios. Porque normalmente es el inmigrante es quien se ve transformado por la idiosincrasia del país a donde ha llegado. En este caso fueron los italianos quienes influyeron en el cambio de vida de los residentes del país que los recibió, Argentina.

Conoce las tradiciones italianas en Argentina

Debido a gran recibimiento que le dio Argentina a los inmigrantes europeos, el país empezó a adoptar y adaptar algunas de las tradiciones culturales propias de los italianos.

Muchas señas, un mismo lenguaje

Uno de los aspectos cultural que más se vio modificado con la llegada de los inmigrantes italianos fue el lenguaje. El lenguaje italiano hablado y sus gesticulaciones fueron acogidas por un gran porcentaje de argentinos. De acuerdo con una publicación de The Ethnologue: Languages of the World, en Argentina hay alrededor de 1 millón 500 mil personas que hablan italiano. Lo que convierte a este idioma en el segundo de la nación suramericana, además del inglés que se imparte en las diferentes casas de estudios.

Tal fue la influencia que ejercieron que, además del idioma hablado, los italianos introdujeron sus gestos a las formas de expresión de los argentinos. Cabe aclarar que semejante influjo fue espontáneo. Los inmigrantes mantuvieron sus costumbres y los argentinos fueron receptivos con eso.

Los italianos acostumbran a hacer muchos gestos con sus manos. Y los argentinos adoptaron en ciertas formas este hábito. Estos movimientos servían para culminar una frase, darle intensidad y colorido a la conversación, o expresar lo que con palabras le faltaría significado.

Algunas de las palabras y expresiones argentinas más comunes que derivan del lenguaje italiano son:

  • Pibe: de “pive o pivetto” (xeneize, lengua de Génova). Significa muchacho, aprendiz o muchacho de los mandados de un artesano o comerciante.
  • Chau: de “ciao”, hola, adiós, hasta pronto, hasta luego en italiano. En Argentina se usa sólo cuando quieres despedirte de una persona.
  • ¡Guarda!: de “guardare”, mirar en italiano. Significa cuidado o atención.
  • Tuco: de “suco”, jugo en italiano. Se usa para las salsas con tomate.
  • Bochar: de “bocciare”, aplazar un examen.
  • Mufa: Se usa para referirse a la mala suerte. Deriva de muffa, que significa moho en italiano.

Siglo XIX, cuando empezó todo

Según registros históricos, en 1840 se editaban periódicos en italiano en la capital argentina, Buenos Aires. Ya para el siglo XX el tiraje de estos medios había aumentado. La Patria degli Italiani era el de mayor renombre y alcance en ese idioma. Y el tercer más importante de la prensa argentina.

La oleada de inmigrantes italianos entre los siglos XIX y XX causó un impacto en el español nativo de los argentinos. Por ejemplo, según datos de una investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en conjunto con la Universidad de Toronto la entonación bonaerense y el rioplatense tienen una ligera semejanza con los dialectos de Italia. Y, a su vez, difiere sustancialmente de las variantes del español.

Esta característica del dialecto en estas áreas geográficas se debe a que fueron unas las zonas que mayor cantidad de colonos italianos recibieron en esa época. Sobre todo, el español rioplatense que se enriqueció de los italianismos.

A principios del año de 1917, en el mandato de Hipólito Yrigoyen se decretó la enseñanza del italiano de manera obligatoria en los dos últimos años de secundaria de los colegios.

Lunfardo y cocoliche, dos jergas que unifican

  • Lunfardo

En Buenos Aires y sus suburbios se habla una jerga conocida como lunfardo. Este nombre proviene de lombardo, ya que su terminología está nutrida con los sonidos propios del italiano hablado en Lombardía (norte de Italia). Esto se debe a que el asentamiento más importante de italianos ocurrió en la capital de Argentina. En la cual, sus habitantes ampliaron su léxico con variantes del italiano, del portugués, del francés, del inglés para mezclarlos con su nativo quechua.

Aparte, las variantes del italiano como el genovés, el siciliano, el napolitano y el calabrés también se adentraron en el habla de los suramericanos. Palabras como “engrupir”, “pibe”, “bacán” del genovés gróppo, pibe y bacàn, respectivamente. “Parlar” de parlare, “mina” de femmina y “laburar” de lavorare son resultado de este acoplamiento.

  • Cocoliche

Esta jerga es el resultado de la mezcla del español con los dialectos italianos norteños y sureños hablados por los inmigrantes de los siglos XIX y XX. El término se usa principalmente en Argentina y Uruguay. Esta variante del castellano se limitaba al lenguaje oral. Lo que despertó la preocupación de las autoridades de la nación suramericana por la posible debilitación del español típico de la región.

La gastronomía, una rica expresión de la mezcla

Los inmigrantes italianos se abrieron paso con su gastronomía en la cocina y hábitos de alimentación de los argentinos. Lo que hizo que el menú propio de este país se ampliara y llenara de fusiones muy interesantes y deliciosas. La migración de italianos hacia Argentina dejó como resultado una gran variedad de platos. Así como costumbres típicas al momento de comer. La comida tradicional argentina está basada en el alto consumo de carne, por lo que resulta rica en proteínas. Por citar un ejemplo, el asado.

Platos y costumbres italianas en Argentina

Entre los platos italianos más populares en Argentina se encuentra la típica milanesa. También los ravioles, las albóndigas, la pizza, el estofado, el fainá, la pasta frola, el minestrón genovés, el pan dulce, la fugazza, las berenjenas en escabeche, entre muchos otros.

Los argentinos adaptaron platillos italianos con su cultura. Por ejemplo.en Italia la pasta no suele acompañarse con carne. Pero en Argentina es común que esta se coma en conjunto con carne vacuna asada y salsa criolla o parrillera.

Otra de las comidas típicas italianas que se consumen mucho en la República Argentina es la polenta. Esta es una especie de crema a base de harina de maíz hervida o cocida. Su textura es muy similar a la del puré de papas.

Por otro lado, los argentinos, al igual que los italianos, no dejan pasar un domingo sin antes reunirse toda la familia alrededor de una gran mesa. En esta degustan la gastronomía heredada tanto de sus antepasados gauchos como itálicos.

La música, el sonido del mestizaje contemporáneo

El desplazamiento italiano del siglo XIX llegó con todo su folclore. Instrumentos como los pianos, clarinetes y acordeones alegraban los días de aquellos que habían dejado todo por venir a reconstruir sus vidas en una tierra nueva. La contribución italiana a la música tradicional argentina fue trascendental para la madurez del tango. Inmigrantes y descendientes fueron los primeros y más destacados tangueros. Estos compusieron y cantaron con letras basadas en las anécdotas, penurias y triunfos de los recién llegados del viejo continente. Otros ritmos como las cuadrillas, las mazurcas y la canzoneta también fueron introducidos por los inmigrantes de este periodo histórico.

La cultura, muchos conocimientos en un solo país

Ha sido mucha la experiencia y sapiencia que los inmigrantes provenientes de Italia les dejaron a los ciudadanos nacidos en la Argentina. Desde manifestaciones artísticas hasta contribuciones académicas formaron parte del bagaje cultural que los italianos le sucedieron a los argentinos. La forma de hablar de un castellano rudimentario a un español con entonaciones septentrionales europeas y rico en modismos.

Hábitos alimenticios, estilo de celebración con músicas y bailes, el sistema educativo, la forma de comercializar, el impulso de la economía son parte de esa herencia. Pero, sobre todo en el arte, como la arquitectura, fue donde más destacaron los italianos. Vittorio Meano y Francesco Tamburini son tan solo una minúscula muestra del aporte urbanístico de la nación. Ellos diseñaron y crearon el Palacio del Congreso de la Nación Argentina y, nada más y nada menos que la Casa Rosada.

Costumbres traídas desde el otro lado del mundo

El Carnaval de Venecia está en el ránking de los mejores del mundo. Y no es en vano, resalta por su elegancia y pulcritud de los vestuarios. Lo que hace que se distinga del resto de las celebraciones de esta festividad. Semejante tradición no se podía quedar en aquellas tierras con sabor a pasta, queso y salsas.

Los desplazados provenientes de Italia se trajeron toda su tradición carnavalesca, y se la transmitieron a los argentinos. Los niños gauchos y descendientes europeos vestían los trajes típicos de los españoles: toreros, majas, gitanas y baturros. En cuanto a lo que tomaron de los italianos, vestían al estilo de las damas venecianas, las napolitanas y los polichinelas.

Los italianos también impusieron la moda

A pesar de que París era la capital de la moda, que marcaba la pauta sobre qué vestir y cómo oler, en Argentina no ocurrió así. Desde el dominio italiano, la mujer argentina empezó a vestirse como la italiana. Lejos de la distinción de las parisinas, las argentinas apostaron por elegir con esmero su vestimenta para destacar los atributos de sus cuerpos, tal y como lo hacía la mujer italiana.

Seductoras y entusiastas, las italianas desplazadas a tierras patagónicas transmitieron su forma de ser a las féminas australes con su manera de vestir. Lo cual se convirtió en una insignia de elegancia y distinción. En todo momento, incluso en los tiempos más austeros, las italianas tenían cuidado de estar siempre bien vestidas portando siempre su toque personal. Esta misma manera de ser al momento de vestir fue acogida por la población femenina argentina.

El 3 de junio de cada año se celebra en la República Argentina el Día del Inmigrante italiano. Se eligió esta fecha en honor al nacimiento del político, militar y ciudadano argentino Manuel Belgrano, de ascendencia italiana, quien fue creador de la bandera que hoy representa a esta nación. Son muchas las tradiciones italianas en Argentina, por lo que no resulta sorpresivo encontrar tantas similitudes entre los residentes de estas naciones.

 

Fuente: https://www.gestionistaitalia.com/