“Otro día perdido”: el regreso de Mario Pergolini
Otro día perdido es mucho más que el título de un nuevo ciclo televisivo: es la confirmación de que Mario Pergolini sigue siendo una voz imprescindible en la pantalla argentina. Estrenado el 14 de julio de 2025 por eltrece y producido por Boxfish, el programa marca el retorno del conductor a un formato que domina con naturalidad: un late night-talk show que mezcla humor, entrevistas y actualidad con el sello personal de la ironía. La propuesta se transmite de lunes a viernes a las 22:30 h (UTC−3) y desde su lanzamiento generó expectativa por el despliegue escénico y la impronta renovada de su creador.
Un formato innovador
El programa se sostiene en una estructura dinámica: monólogos críticos de Pergolini, entrevistas a figuras de la cultura y el espectáculo, secciones apoyadas en inteligencia artificial y la participación de asistentes virtuales que aportan un guiño tecnológico. El set cuenta con una tribuna para cien personas, una banda en vivo y recursos interactivos que transforman cada emisión en un espectáculo de alto impacto. En lugar de una sucesión rígida de segmentos, Otro día perdido se desarrolla como una conversación en movimiento, con saltos temáticos que sorprenden y entretienen sin perder coherencia.
Un equipo que potencia el ciclo
Junto a Pergolini aparecen dos coconductores que aportan frescura y equilibrio: Agustín Aristarán (Rada), con su magia, humor versátil y energía descontracturada, y Laila Roth, cuya mirada aguda y contemporánea enriquece los cruces y genera un contrapunto inteligente. La química entre los tres sostiene diálogos que fluyen con naturalidad y convierten el intercambio en uno de los puntos altos del programa.
A este frente visible se suma un equipo de producción encabezado por Daniel Guebel y Alejandro Borensztein, quienes imprimen al ciclo una combinación de libertad creativa y precisión técnica. La planificación está presente, pero nunca ahoga la espontaneidad: ese equilibrio permite que cada episodio respire naturalidad y se abra a lo inesperado.
El humor como reflexión
El humor de Pergolini se distancia del chiste rápido o de la risa fácil. Es un humor que incomoda, que obliga a pensar y que apela a la complicidad de un público dispuesto a escuchar más allá de la superficie. En cada monólogo y en cada intervención se advierte la voluntad de desafiar a la audiencia, de escapar al lugar común y de construir un espacio de crítica lúcida. Esa honestidad es parte de la vigencia del ciclo: incluso visto en diferido a través de YouTube, conserva frescura y relevancia.
Una experiencia distinta
En tiempos de contenidos fragmentados y consumidos en ráfagas, Otro día perdido propone otro ritmo. Conversaciones largas, entrevistas sin cortes abruptos y un espacio donde los temas se desarrollan con profundidad. Este tempo más reflexivo contrasta con la lógica digital actual y, al mismo tiempo, se convierte en un valor diferencial.
Más que entretenimiento
El programa ha logrado construir una comunidad de espectadores que no busca un consumo pasivo. Se trata de una audiencia que elige pensar y reír con inteligencia, que agradece un humor que no se subestima ni se rebaja a lo banal. En este sentido, cada emisión confirma que el ciclo es mucho más que un entretenimiento: es un espacio de agudeza, creatividad y mirada crítica.
Conclusión
Con la conducción de Pergolini, el aporte fresco de Rada y Laila, y una producción sólida que garantiza calidad y libertad, Otro día perdido se consolida como un programa irreverente y contemporáneo. Cada episodio demuestra que el humor inteligente no tiene fecha de vencimiento y que, lejos de ser un día perdido, cada encuentro con este ciclo es, en verdad, un día ganado.
El programa es además un ejemplo vivo de que la televisión argentina todavía puede ofrecer alternativas inteligentes dentro de la televisión abierta, recordando que la pantalla chica sigue siendo un espacio con potencial para la innovación y la reflexión crítica.
Y no solo se disfruta en Argentina: gracias a YouTube, el ciclo también puede verse en diferido en España y más países, donde confirma que el humor inteligente trasciende fronteras y conserva intacta su vigencia.